Alto Mando del virtuosismo al mito
Alto Mando, del virtuosismo al mito
Por: Roberto Reyes (6 de diciembre de 2010)
En junio de 1990 el diario cubano Juventud Rebelde publicó el artículo Desde el Ciudad Metal, Noticias y Confesiones. Su autor fue el periodista Joaquín Borges-Triana, quien, de modo enjundioso, resumió la primera edición del festival Ciudad Metal.
Al referirse a las agrupaciones que se presentaron en el evento, Borges-Triana fue contundente cuando afirmó que Alto Mando era «la banda más acoplada y virtuosa que ha surgido entre los cultores del heavy metal en Cuba». Y esta aseveración no era gratuita.
La maestría en la ejecución de los instrumentos, el acople entre los músicos, la complejidad de los arreglos y la elevada calidad de los textos situaron a Alto Mando entre las bandas más veneradas a inicios de los 90'.
Fundada en el verano de 1989, la agrupación no rebasó los 13 meses de existencia. Sin embargo, el desempeño de sus integrantes la convirtió en un punto de referencia insoslayable. Sobre todo huba una alineación que fue elogiada por la crítica especializada y mimada por el público: Jorge Luis El Barry Barrayarsa en los teclados y la voz, Jorge Ávalos en el bajo, Leonardo Ángel Rodríguez en la batería, Manuel Castro en los teclados y Jorge Luis Almarales en la guitarra.
Alto Mando centró su propuesta en el heavy metal. Su repertorio reunía tanto piezas de bandas foráneas como propias. Y estas últimas descollaron por su calidad. Baste recordar que en la primera edición del festival Ciudad Metal el Premio del Concurso de Textos de Canciones lo recibió esta agrupación por la pieza Noticias y Confesiones.
La labor de la banda fue hermosamente resumida en un artículo que se encuentra archivado en el sitio web Ciudad Metal. Se nombra Rock de Tierra Adentro, también lleva la firma del periodista Joaquín Borges-Triana y fue publicado el 9 de marzo de 1990 en el periódico Juventud Rebelde. El siguiente fragmento es muy elocuente:
"El núcleo central de la banda está en el baterista y director de la agrupación, Leonardo Ángel, y en el guitarrista y arreglista Jorge Luis Amarales. Estos dos músicos son realmente espectaculares. En el caso de Leonardo, debo decir que nunca había escuchado entre los ejecutantes de la batería en el rock hecho en Cuba, a un tipo que desplegara tanta fuerza y derroche de técnica al tocar como lo hace él. Por su parte, Jorge Luis es un intérprete del instrumento de las seis cuerdas en el que se aprecia la positiva influencia del estilo conocido como heavy metal neoclásico y es capaz de proyectarse con igual soltura en una balada como Noticias y confesiones o en un tema de franca agresividad sonora como Los perros de la guerra.
Los otros integrantes de Alto Mando son Manuel Castro en los teclados, el bajista Jorge Ávalos y Jorge Luis Barragarsa El Barri como vocalista, único miembro del colectivo que vive de la música, pues se desempeña como tecladista en una orquesta de timba. Ellos, sin contar con muchos recursos materiales, logran ofrecer un repertorio sumamente atractivo a partir de los altos valores artísticos de su propuesta." — Joaquín Borges-Triana. Juventud Rebelde. 9/marzo/1990
Valoraciones como ésta evidencian que cuando se habla del mejor rock hecho en Cuba, durante la última década del pasado siglo, es necesario mencionar a Alto Mando. Pero si a estas palabras se unen las piezas que Trastienda musical pone a tu alcance, entonces, no hay dudas, se ha hecho el milagro: estamos viviendo el verano de 1990.
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