Senales de Diego Cano
Señales de Diego Cano
Por: Roberto Reyes (12 de enero de 2010)
La primera vez que escuché a Diego Cano me impresionó su voz potente y su capacidad para acomodarla a la ternura o los bríos que atesoran las canciones. Con toda certeza, semejantes atributos le hubieran permitido llegar lejos en el terreno del pop, y ahora sería un producto altamente cotizado entre las adolescentes amantes del ruido. Pero Diego Cano, para nuestra fortuna, eligió las nueces.
Cada paso y cada viento,
cada señal en el firmamento,
un recuerdo, un buen momento
es todo lo que llevamos dentro.
Buenas caras disfrazadas.
Espinas en el alma muy afiladas
que cortan, que trozan, que pinchan,
destrozan.
Este trovador nació en el barrio habanero de Cayo Hueso, fuente de esa energía incontenible que emana de su canto y de ese híbrido musical en el que combina rock, trova, jazz y hasta pop con raíces cubanas y latinoamericanas. A este arsenal de fuentes diversas se une la capacidad de Diego de tocar la guitarra folk, la clásica y la eléctrica, además de la armónica.
Pasa el tiempo,
la vida te cambia en cualquier momento.
Tristeza y nostalgias por los que se fueron
y una pena inmensa por los que no vieron.
Cada intento te abre y te cierra las puertas
del alma,
tu beso de niño, tu hada enamorada,
el mar de tus sueños, la última mirada
se irán.
Asistir a un concierto de Diego Cano es moverse, sin apenas percibirlo, entre la ternura de una historia de amor y la furia incontenible de una denuncia. Es comprobar que el ser humano puede ser frágil, vulnerable, pero también indócil, insobornable.
Cada paso en mi carrera,
la vida al final es una carretera,
caminas, te ponchan, te viran, te chocan,
te gastan tus días de cualquier manera.
Tanto odio y tanto tiempo.
La gente al final no se pone de acuerdo
te miden, te explotan, te cosen la boca.
A pesar de todo no tendrán mi silencio.
Y aunque estas cualidades hacen de este trovador un artista digno de elogios, su mayor mérito, el que muestra su estatura como ser humano, es la camaradería. Siempre lo vemos acompañar a otros cantores con su guitarra, versionar piezas ajenas o entregar las suyas a otras voces. Así es Diego Cano y así son sus canciones. (se utilizaron fragmentos de su pieza "Señales")
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Diego Cano - Vamos:
- Alas perdidas
- Maureen
- Rosy
- Tanto dolor
- Jaque al peón
- No hay miedo
- Señales
- Vamos