Eskoria kumple kince
Eskoria kumple kince
Por: Roberto Reyes (6 de diciembre de 2009)
Los resortes que convierten a un artista o una agrupación en una leyenda muchas veces quedan ocultos en una zona oscura y enigmática. De nada vale acudir al juicio de un experto o indagar entre los fanáticos; las respuestas siempre darán la impresión de no haber tocado fondo. Por esta razón no ofreceré explicaciones estériles después de afirmar que la banda Eskoria es una leyenda del punk en Cuba. Me limito a decirlo y punto.
En febrero de 1994 surge en la ciudad de Santa Clara, capital de la provincia de Villa Clara, la banda Eskoria del Odio. Sus primeros integrantes fueron Héctor, Alejandro El tulipán y William Fabián, este último director del grupo. A este trío se unieron poco después Ramón El mongo, en la batería, y Mayelín Pérez, en el bajo (esta instrumentista es la primera mujer que tocó en una banda punk en Cuba).
Ya convertida en un quinteto, la agrupación comienza a presentarse con el nombre de Eskoria y es invitada a un festival en la provincia de Sancti Spíritus. Poco tiempo después el piquete sufre cambios: Ramón sede su lugar en la batería a Javier El copia Leyva, mientras que Mayelín Pérez abandona la ejecución del bajo y su lugar lo ocupa Ernesto Rodríguez. De esta manera Eskoria sigue siendo un quinteto, pero con señales de tener más cohesión entre sus miembros. Tal vez esta sea la razón por la que durante más de cinco años, a finales de los '90, la banda se presentó en numerosos escenarios del país, entre los que estuvo el mítico Patio de María.
Con la llegada del nuevo siglo Javier Leyva deja la agrupación y Pedro Luis Ríos ocupa su lugar. Más tarde Ernesto Rodríguez, quien tocaba el bajo, también abandona el grupo y lo sustituye Karel Fleites.
A pesar de rupturas y desencuentros, William Fabián, director, cantante y guitarrista de Eskoria, demuestra que puede superar cualquier obstáculo que amenace con destruir su banda. Ni la inestabilidad de la alineación, ni el acoso de los oportunistas, ni las barricadas de los burócratas y ni siquiera la embriaguez de las bebidas alcohólicas han minado sus deseos de subirse a un escenario a cantar.
Frente a un micrófono William es desafiante y viril, desenfadado y espontáneo. Los conciertos de Eskoria son auténticas descargas, signadas por la alegría y el humor.
Este año la banda cumple tres lustros, y aunque su música sigue siendo fiel al punk, en años recientes lo han revitalizado con aires de nü metal y reggae. Pero estos hallazgos corren el riesgo de perderse en el tiempo, porque William Fabián y su tropa han descuidado las grabaciones. Apenas tienen 2 demos en 15 años.
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La más reciente maqueta, titulada Por fin, al fin, es la reedición de un material grabado por la banda en 2002, y que en 2007 fue remasterizado por el director de C-men, Abel Oliva, en su estudio Oli Productions. Once piezas casi todas clásicas en el repertorio de la agrupación como Elpidio Valdés, No te metas en mi vida, Chispa e' tren y Antisocial.