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William y Eskoria regresaron a El Mejunje

William y Eskoria regresaron a El Mejunje

Por: Roberto Reyes (3 de febrero de 2010)

Ayer, como todos los martes, en El Mejunje hubo Rockoteca. Sin embargo, aunque se anunciaba la presencia de una banda, en el centro del escenario no había micrófonos, ni baterías, ni guitarras. Solo una gran pantalla ocupaba el espacio donde debían estar los instrumentos musicales.

William Fabián

El público estaba expectante, con ese nerviosismo contenido que precede a los grandes conciertos. Cuando la pantalla del escenario se iluminó y un rostro conocido nos miró directamente a los ojos, se escuchó un aplauso cerrado, intenso.

Pero William ignoró el recibimiento y comenzó a tocar la guitarra mientras cantaba "demasiadas luces esta noche / iluminan la ciudad / mucho humo en el ambiente / una noche sin final". Resonó otra oleada de aplausos y decenas de voces comenzaron a tararear la canción. Se iniciaba el concierto.

Más de un centenar de jóvenes rodeaba el escenario y alrededor de diez bailaban cerca de William. De vez en cuando alguno se le acercaba a pocos centímetros, dejaba de moverse, lo miraba fijamente durante contados segundos y más tarde comenzaba, una vez más, a agitar su cuerpo.

Cada canción era coreada con una energía que estremecía las paredes de El Mejunje, mientras Eskoria, con William al frente, lanzaba a los cuatro vientos frases como "no te metas en mi vida", "Yo no pienso parar" o "Chispa e' tren, contigo me siento bien".

Las canciones eran repetidas por más de un centenar de gargantas. Al concluir cada pieza todos, absolutamente todos aplaudían, mientras algunos se pasaban las manos por el rostro para secar lo que parecía sudor. Mientras tanto, William reaparecía en el escenario, movía una mano sobre las cuerdas de la guitarra y el recinto volvía a estremecerse con otro canto coreado hasta el delirio.

Durante el concierto ocurrió un hecho mágico: uno de los jóvenes bailadores se acercó al escenario (¿o debo decir a la pantalla?), pasó una mano sobre el hombro derecho de William y éste movió la cabeza para mirarle directamente a los ojos. Fue un gesto rápido en el que el cantante de Eskoria regaló una sonrisa. Pero esos segundos bastaron para que supiéramos, con absoluta certeza, que ayer William estaba en El Mejunje y que hace tres días su muerte fue tan solo un simulacro. Nadie podrá convencernos de lo contrario.

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Eskoria - Al fin, por fin:

  1. Antisocial
  2. Asquerosa canción de amor
  3. Chispa e' tren
  4. Elpidio Valdés
  5. Enamorado de la Muerte
  6. Eres tú
  7. Indeseable
  8. Joder
  9. Libertad
  10. Niña de ojos verdes
  11. No te metas en mi vida
 
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