Concierto de Miguel de la Rosa y Yatsel Rodriguez en El Mejunje

Concierto de Miguel de la Rosa y Yatsel Rodríguez en El Mejunje

Por: Roberto Reyes (13 de diciembre de 2014)

El cartel jugaba con la idea de que los trovadores Miguel de la Rosa y Yatsel Rodríguez se disputaban el protagonismo de la velada. De ahí que el concierto se llamara Este jueves es mío. No obstante, en la sala Margarita Casallas de El Mejunje, este jueves 11 de diciembre fue de muchos.

Cartel del concierto de Miguel de la Rosa y Yatsel Rodríguez en El Mejunje. Diseño: Raúl Marchena

Y cuando digo «muchos» me refiero a poco más de un centenar de personas, una cifra astronómica si tenemos en cuenta que el tiempo no está a favor de la trova sino del reguetón y otros sonidos edulcorantes.

La presentación fue concebida como un juego. Por eso se utilizó una sola guitarra que cada cantor debía «arrebatar» a su «contrario» para poder interpretar una canción. Del mismo modo se atribuían la autoría de una pieza ajena o declaraban ser más apuesto que el amigo.

Pero, por fortuna, estas acciones no estuvieron cargadas de imposturas y mal gusto, sino que fluyeron con naturalidad y sin excesos. Fue un intercambio jovial, risueño y, sobre todo, musical.

El concierto dio inicio con unas décimas que recordaban las controversias que tienen lugar en los guateques de los campos cubanos. Y de inmediato Miguel Ángel de la Rosa interpretó la primera canción.

Después le llegó el turno a Yatsel; y así se creó una suerte de toma y daca trovadoresca en la que rara vez se mencionaba el título de la pieza, pero a veces se aludía a su origen o su especial significado.

Sin perder la atmósfera lúdica, los trovadores pasaban de una composición hilarante a otra cargada de ternura para más tarde entregar un texto contestatario. Y mientras Yatsel conmovió al público con la historia de un abuelo, Migue lo hizo reflexionar al poner al descubierto una ciudad cargada de Colorete.

Uno de los instantes más singulares de la noche fue cuando los juglares pidieron a Roly Berrío —quien se encontraba en el auditorio— que les acompañara en el escenario. Porque si bien el trovador no cedió a la insistencia, a manera de desagravio emitió un sonido gutural acompasado con el que acompañó la música durante varios minutos y provocó el aplauso de los asistentes.

En las piezas de Yatsel Rodríguez se aprecia la huella de la trova primigenia y de los cantautores de los '80. En tanto que Miguel Ángel, aunque «huele» a trova, está impregnado de rock, pop y world music.

Al final del concierto los trovadores se estrecharon las manos, saludaron al público e intercambiaron sonrisas cargadas de picardía. Fueron gestos aparentemente simples que ocultaban la alegría de un reencuentro.

Porque Miguel Ángel de la Rosa —al igual que Yatsel— pertenece a la peña La Trovuntivitis, pero desde hace algún tiempo reside en España. De suerte que esta presentación fue para él un retorno a sus raíces.