Por: Roberto Reyes (13 de noviembre de 2009)

En la capital cubana se está realizando Cubademo, el Primer Festival del disco alternativo cubano, un evento que se aparta de los grandes circuitos discográficos para mostrar un universo sonoro poco explorado. La idea tuvo su origen en la Asociación Hermanos Saíz de La Habana y fue acogida por la dirección nacional de esa entidad. El analista musical y periodista Joaquín Borges-Triana (JB), integrante del jurado que elegirá las mejores grabaciones, aceptó la invitación de Trastienda musical (TM) para conversar acerca de este festival.

¿Quiénes integran el jurado de Cubademo?

«Existieron varios jurados distribuidos por diferentes categorías musicales y hubo un jurado principal que fue el que otorgó el Gran Premio entre todos los distintos demos que habían sido premiados en sus respectivas categorías. Ese jurado principal estuvo integrado por Fidel Díaz Castro, director de la revista El Caimán Barbudo, Carlos Fornés, guionista y director de espacios en la radio, y este periodista».

¿La respuesta de los creadores musicales llegó desde toda Cuba o se concentró en la capital?

«Ha llegado material desde distintos puntos del país, aunque, por supuesto, el mayor peso recae en grabaciones de Ciudad de La Habana por la cercanía, y por un factor lógico, porque la convocatoria del evento la hace la Asociación Hermanos Saíz de la capital. Y quizás porque, en algunos casos, los músicos no se enteraron o no confiaron, ya que algunas personas no creen mucho en los concursos. Para próximas convocatorias sería deseable que hubiera más participación de los creadores del resto del país».

Háblame de la cantidad y, sobre todo, de la calidad de los demos que recibieron.

«Es verdaderamente asombroso lo que se está haciendo en materia de demos y maquetas en este momento en Cuba. Esto tiene que ver con las posibilidades que brinda la tecnología, que ha democratizado enormemente las posibilidades de grabación y de que el producto final sea técnicamente bien facturado. Hay todavía algunos casos, como sucede en el rock, en los que no es posible trabajar con baterías reales y se utiliza el loops, que afecta siempre el resultado final como producto. Pero al margen de eso, se siente que en los trabajos que no tienen que depender de los secuenciadores y los loops el nivel ya va siendo casi comparable con lo que se logra dentro de determinado estudio. Digamos, por caso, lo que puede lograr ahora mismo un trovador que maneje determinados códigos de grabación, que tenga micrófonos aceptables y una buena tarjeta de sonido es ya hoy bastante comparable con lo que se puede hacer en un estudio de grabación. Y esto se notó en lo que pudimos escuchar».

En nuestro país tenemos instituciones que también realizan grabaciones independientes, como es el caso del Centro Pablo. ¿Participaron en Cubademo instituciones como esta?

«No, estas instituciones no participaron, quizás porque ya tienen ganado otro tipo de espacio de legitimación. Los que intervinieron fueron los artistas que hacen sus demos de producción totalmente independiente, artesanal. Esas maquetas que se graban ya sea en un estudio arrendado directamente por el artista o en las PC o computadoras que la gente posee en su casa».

¿Fue amplio el abanico de tendencias, géneros y formatos entre los participantes?

«Se presentaron a cuatro categorías: Hip-hop, Rock, Trova y Música experimental. Creo que hubo un balance aceptable, aunque siento que los creadores no están aprovechando todavía estas posibilidades. Lo mismo pasa con el Cubadisco, en el que desde la edición de este año se puede competir con producciones independientes y casi nadie envió en este 2009. Y aunque la convocatoria se distribuyó a través de la Asociación Hermanos Saíz, la Agencia de Rap y la Agencia de Rock, las agrupaciones no quisieron someterse a ese tipo de decantación».

Y ante ese amplio abanico de corrientes y géneros musicales, ¿se entregarán varios premios o solo uno?

«Por cada una de las categorías que te mencioné se entrega un premio, que consiste en realizarle cincuenta copias al disco, incluyendo todo el proceso de impresión de portada y contraportada. En el caso del Gran Premio, que sale como resultado del análisis de las cuatro categorías, se le agregan otras cincuenta copias del compacto para sumar 100 discos. Es una cifra bastante buena para poder hacer promoción por los distintos medios, enviarlo a casas discográficas en el extranjero, en algunos casos tratar de licenciarlo, porque algunos de estos materiales no son demos, son verdaderos discos al nivel de lo que cualquier empresa discográfica está haciendo ahora mismo».

¿Los demos reflejan en nuestro país otro universo de la música cubana?

«Creo que en un momento sí, pero ocurre que hoy el demo y las grabaciones independientes se han convertido en una variante para reflejar esos otros horizontes, no ya solo de la música cubana, sino de cualquier tipo de música porque dondequiera que se facture un demo es a partir de una música que normalmente no va a ser canalizada por las corrientes principales, por la gran industria. Dada la actual crisis que vive la industria discográfica a nivel mundial y en el caso específico de Cuba, que la industria discográfica en esta era del disco compacto nunca ha llegado, lamentablemente, ha desarrollarse como tal y ha tenido que irse postergando su desarrollo por factores económicos, hoy lo que se está haciendo de forma independiente ya no es solo las músicas que no entran en los enfoques que corresponden a lo más comercial, aquí hoy se está haciendo de todo porque la industria vive una gran crisis a nivel mundial. Entonces existen limitadas posibilidades de grabación.

«Este año cuando se hace un balance de la producción discográfica cubana se nota la muy limitada producción de discos que ha habido en Cuba en el 2009, que tiene que ver, justo, con toda la crisis económica. ¿Qué le queda al artista? Dado las posibilidades que ofrece la tecnología y que ya no tienes que depender de la gran industria y que puedes aplicar el principio de "do it yourself", hacértelo tú mismo. La tecnología ha venido a salvar eso y a que la memoria no se pierda. Los mecanismos de comercialización y distribución se ven en el camino, pero al menos el material está disponible y en un formato digital con lo que eso implica de perdurabilidad».

¿Cubademo puede convertirse en un espacio legitimador de cierta zona de nuestra música?

«Pienso que sí. Todo está en la medida en que se convierta en un evento que se sistematice, que se le dé una buena promoción, y si eso ocurre creo que puede ocupar un espacio tremendamente importante».

¿Cuándo se darán los resultados de esta primera emisión de Cubademo?

«Debe ser en los primeros días de diciembre, porque en el acto de premiación los artistas galardonados recibirán cierta cantidad de discos y demora un tiempo el proceso de impresión de las portadas y otros detalles de los compactos».

Muchas gracias, amigo, por acceder a esta entrevista.

«Gracias a ti y a Trastienda musical».

Así terminó el encuentro con el analista musical y periodista Joaquín Borges-Triana, a quien muchos conocen por su columna "Los que soñamos por la oreja", que se publica en el diario Juventud Rebelde. Y como en el centro de la entrevista siempre estuvo presente, de uno u otro modo, la búsqueda de un espacio legitimador para la música alternativa cubana, Trastienda musical les hace un regalo a quienes siguen este universo sonoro: el álbum "Tirado en la calle" del trovador Eric Sánchez. Este juglar habanero está irremediablemente pegado al asfalto de nuestras ciudades y quien lo escucha se adentra en los rincones oscuros, o se da de bruces contra puertas cerradas, o conoce a los burócratas en sus madrigueras, en fin, respira el lado menos visible de la vida en este archipiélago. Y aunque algunos puristas vean en este juglar a un "francotirador" de la sociedad, su canto reivindica la esperanza y regala luz, sobre todo esto, mucha luz. Tan solo tienes que descargar este archivo y dejarte llevar por el canto de un trovador que dice estar "Tirado en la calle".