El Mejunje concierto de rap Ahora por mi Cuba
El Mejunje: concierto de rap Ahora por mi Cuba
Por: Roberto Reyes (20 de enero de 2013)
"Me reconozco, sobre todo,
en algunos raperos contestatarios,
por lo desafiantes,
como yo fui en ciertos momentos
en que me sentí perseguido"Silvio Rodríguez
En la noche del viernes 19 de enero la sala Margarita Casallas, del centro cultural El Mejunje en Santa Clara, estuvo abarrotada durante tres horas. Alrededor de una docena de entidades artísticas que cultivan el rap ofrecieron un concierto nombrado Ahora por mi Cuba.
Obsesión se presentó en el concierto Ahora por mi Cuba. Foto: Tomada de internet
Fueron tres horas en las que no hubo espacio para el mal gusto, la grosería o la vulgaridad, y sí para la rebeldía, la inconformidad, el cuestionamiento.
Trío Cuba, Nicao y Yaset, Doble Rol, Héctor D y El Tanque, Chico Pro, Omar El Analista, Rafa El Gatillo, Tito Corona y Cilocive representaron la provincia de Villa Clara, mientras que El Discípulo y Obsesión llegaron desde La Habana.
El rap no debe edulcorar la realidad —si lo hace traiciona su esencia y sus raíces. Por esta razón en las piezas que interpretaron los raperos durante el concierto se denunció la doble moral, el racismo, el irrespeto a la diferencia, la censura, la arrogancia, y muchos otros males que corroen la sociedad cubana contemporánea.
Trastienda musical conversó con Gustavo Pérez Silverio, licenciado en Historia y promotor cultural, quien fue el productor general y organizador del concierto.
¿Por qué el nombre de Ahora por mi Cuba?
"El nombre Ahora por mi Cuba surge cuando el rapero Omarito, El Analista, va a mi casa, toca a mi puerta, me comenta que tenía la idea de hacer un concierto, me pide colaboración, y le pregunté: «¿Qué tienes?». Y me dijo: «Lo único que tengo es el nombre, Ahora». Yo le dije: «Pero Ahora ¿qué?». Y me dijo: «Así, Ahora». Entonces le respondí: «Pero Ahora es muy etéreo, muy impreciso. Eso hay que aterrizarlo, hay que enfocarlo». Y me pidió que lo ayudara con eso. Entonces le dije que me dejara 'soñar' el concierto, que me dejara pensarlo, que me dejara construirlo.
"Y así fue, empecé a construirlo. Empecé por el nombre. Y fue mutando. El primer nombre fue Ahora a los jóvenes nos toca el poder. Después Ahora por mi Patria, y después Ahora por mi Cuba. 'Ahora' porque yo creo que —y lo digo con toda responsabilidad, y, al mismo tiempo, con toda la seriedad y el compromiso que como cubano tengo— Cuba vive uno de los momentos más cruciales de su historia como nación. Porque estamos en un proceso de tránsito generacional a todos los niveles del proceso social cubano. Siempre pensamos que el tránsito generacional es en la alta política, pero es a todos los niveles. Y muchas veces lo que más define no es la alta política, sino los niveles intermedios y de las bases. Porque las bases son mayoría; la alta política son pocas personas. Yo creo que ahora es que tenemos que prepararnos.
"Todos los cubanos tenemos que aprender a ejercer nuestro deber como cubanos, y también exigir nuestros derechos como cubanos. Muchas veces exigimos más los derechos que los deberes. Yo creo que ahora también tenemos que hacer un llamado a los deberes. Preguntarnos: ¿Qué es lo que tengo que hacer? No se trata de que el pintor tenga que operar a un ser humano, sino desde el lugar en el que usted se encuentre —ya sea un barrendero, un pintor, un músico—, usted aporte a la construcción del proyecto nacional. Que ejerza la crítica responsablemente para denunciar y para desmontar lo mal hecho.
"Es Ahora por mi Cuba, porque si no lo hacemos ahora —no es apocalíptico ni mucho menos, y lo digo con toda responsabilidad— el país se nos va a ir de las manos. Porque cuando analizamos y evaluamos, hay muchas situaciones que cotidianamente nos están golpeando —más allá del precio de los frijoles y de la carne de cerdo, no me refiero a eso, sino a otras cosas que tienen que ver con la funcionalidad del proyecto país—, desde el funcionamiento de una consulta, hasta la forma en que viste un maestro, hasta cómo nos comportamos en la calle y cómo nos tratamos los cubanos, o cómo sabemos ejercer nuestros derechos como cubanos".
Pudiste elegir el bolero, la rumba, la trova, el rock, el son, y, sin embargo, te quedaste con el rap. ¿Por qué?
"Porque yo pienso que el rap es uno de los géneros, —no me gusta ser absoluto, pero puedo decir— es el género que hoy canaliza más la crítica social. Es el género que está como punta de lanza ejerciendo la crítica responsable en función de superar muchos de los problemas que tiene hoy la sociedad cubana. Lo que en algún momento —siendo yo niño en los 70' y los 80'— canalizó la trova, la Nueva Trova, ya dejó de hacerlo, ahora es el rap. Y no únicamente porque los que desarrollan el rap han sido incomprendidos, o marginados, e incluso automarginados, o discriminados. No se trata de eso. Hay muchas personas que hacen rap y no pertenecen a sectores populares; provienen de sectores medios y altos a nivel social. Lo que pasa es que están canalizando toda una cantidad de insatisfacciones, toda una cantidad de imaginarios de un segmento importante de nuestra población que está subrepresentada dentro de la producción artística comercial que hoy predomina en las disqueras".
Elegir el rap es optar por una de las tendencias musicales más revolucionarias que existen en este momento en Cuba. Y decir 'revolucionaria' es manifestar que es contestataria, rebelde, inconforme. Y, aunque pueda parecer fuera de toda lógica, esto incomoda a algunas personas influyentes. En este sentido, ¿cuál fue tu experiencia mientras preparabas el concierto?
"Tengo que decir que tuve una recepción muy favorable en la AHS (Asociación Hermanos Saíz) cuando presentamos el proyecto. Isayli Pérez, la presidenta de la AHS en Villa Clara, nos atendió muy bien. Presentamos un proyecto con objetivos, con cosas bien definidas; y cuando uno trabaja con seriedad, cuando uno estructura bien el trabajo, cuando uno clarifica bien lo que va a hacer, hay un nivel de recepción, una proyección acertiva hacia lo que uno está haciendo. Y eso yo lo percibí. Ah, lo que pasa es que la AHS no era la única que tenía que intervenir.
"Y sencillamente quisiera que la gente reflexionara que los que aún no comprenden la importancia y lo revolucionario que es el rap, y el movimiento hip hop, para la Revolución cubana, para Cuba, están totalmente trasnochados. Es un pensamiento totalmente trasnochado. Y lo digo con todo respeto, porque es imposible que la AHS sola pueda. Hay que apoyar, porque apoyar a la AHS como institución, es apoyar a todo el caudal de jóvenes que están en ella —o no están por razones técnicas o formales, pero que de alguna manera tributan. Es un llamado. Y deben seguir los pasos de Silverio también, que no tiene 20 o 30 años, sin embargo es un hombre de un pensamiento muy revolucionario, profundamente comprometido con Cuba, con el proyecto político cubano, pero de una perspectiva más contemporánea, más inclusiva, más atemperada a los tiempos.
"Algunos con poder de decisión nos pasan por al lado y no nos miran. Y yo creo que la gente tiene que tener mucho cuidado, porque, primero, como ser humano, hoy estoy aquí y mañana no sé dónde esté. Estoy dirigiendo hoy y mañana puede ser que esté como ciudadano común. Y lo segundo es que todo ciudadano tiene derecho a impugnar un mal funcionamiento de un funcionario público. Que no se crea nadie que es intocable. Porque el General Presidente de la República, Raúl Castro, lo ha dicho.
"A veces me llama la atención cómo algunas personas con arrogancia no te escuchan. Y creo que hay que sentarse a escuchar a los jóvenes, a esos jóvenes que están 'pariendo' todos los días un arte con un compromiso. Porque no pueden ser nada más la AHS, la Uneac y El Mejunje; creo que mucha gente tiene que implicarse. Y hay quien se queja de los medios, pero tanto la radio como la televisión le dieron cobertura al concierto".
¿Piensas realizar otros conciertos como éste?
"Sí, creo que bien vale la pena. Además, no porque yo quiera —sencillamente soy una persona que viabiliza, apoya, todo este torrente de creación espiritual y artística—, lo pide el público, lo piden los hombre y mujeres, jóvenes y no tan jóvenes, negros y blancos, ricos y pobres, del campo y de la ciudad que estuvieron allí; y no eran dos ni cien personas, había muchas, estaba abarrotado.
"Y sí, hay que hacer más conciertos. Lo que pasa es que hay que hacer un buen trabajo. Y ahí sí está implicada mucha gente. Por eso no voy a decir que va a ser mañana".
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Tener a Magia y Alexei, el dúo Obsesión, en el concierto es poseer invitados de lujo.
"Yo admiro mucho a Obsesión. Quiero decir que había una lista de propuestas de personas que yo pensé invitar —y es complicado el tema de los invitados por las razones logísticas, porque cubrir una atención esmerada es fuerte en estos tiempos. Había propuestas como Obsesión, Anónimo Consejo, Raudel y otros. Yo hablé por primera vez con Magia en diciembre por teléfono, después nos vimos en un evento sobre género y racialidad, que se dio el 26 de diciembre en La Habana. Y conversamos. Para mí era muy importante que Obsesión viniese, porque para mí es uno de los grupos de rap en Cuba —sin demeritar a los demás— que está haciendo uno de los trabajos más serios relacionados con la lucha contra la discriminación racial, que está lacerando el proyecto cubano y que puede convertirse en un efecto boomerang.
"Obsesión no solo trata el tema de la lucha contra la discriminación racial, sino, al mismo tiempo, reconoce la presencia africana en nuestra cultura. O sea, la expresa cotidianamente en toda su producción. Expresa el imaginario, las costumbres, la cultura —cuando digo cultura, digo la tradición— multidimensional que tiene la huella africana en nuestro país, que muchas veces se vulgariza tanto. Y cuando se habla de huella africana —se habla de negro o de negra— se banaliza tanto y se habla de que el negro grita, que es violento, que es viril; y la mujer negra que es, sexualmente, un fuego; y que todos son agresivos, ladrones. Ese estigma negativo es lo que muchas veces se sigue reproduciendo. Entonces muchos de nosotros estamos llamados a enterrar ese estigma, y Obsesión lo está haciendo muy bien desde el arte que ellos producen, que ellos nos entregan.
"Yo realmente estoy muy complacido porque, además, Obsesión hizo gala de una humildad muy grande. Y ellos me pidieron volver; quieren grabar aquí en Santa Clara con los muchachos para hacer un trabajo mucho más completo. Ellos están muy entregados a eso: a compartir y ampliar la fuerza que tiene que tener este movimiento".