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Maykel Iglesias pasion por los coros

Maykel Iglesias, pasión por los coros

Por: Roberto Reyes (9 de agosto de 2013)

Cuando se habla de Maykel Iglesias es necesario mencionar una y otra vez la palabra «coro». No solo porque al joven músico, nacido en Santa Clara, le ha bastado con poco más de una década para dejar una huella indeleble en la historia de las formaciones corales en Cuba, sino porque desde pequeño se unió a un conjunto de voces.

Maykel Iglesias

La vida de Maykel Iglesias ha estado ligada a los coros.
Foto: www.facebook.com

"De niño me vinculé a un corito en la iglesia de Buenviaje, y se me acercaron muchas personas, entre ellos Alfredo Betancourt, hoy director del coro de la catedral, Héctor, quien es hoy trompetista de la banda, y la que es hoy una de las decanas del ISA (Instituto Superior de Arte), que es flautista. Ellos me dirigían a mí en un coro del cual yo era el único niño", declara Iglesias.

Sin embargo, al pequeño Maykel no le bastaba con recibir consejos acerca de cómo cantar y hacía algunas travesuras. "Tenía un grupito de niños —yo también era niño— y les decía «mira, tú vas a cantar esto», y les ponía una melodía, y «ahora tú haces esto», y les decía «ahora vamos a cantar: uno, dos y tres»".

Desde entonces su vida ha estado ligada a los coros. Y uno de los primeros reconocimientos significativos fue en 2004, cuando reorganiza la Coral Universitaria de Villa Clara —en la que reúne miembros de todas las casas de altos estudios en la provincia— y obtiene el Premio Oro y Premio Especial a la Mejor Agrupación Vocal en el XVII Festival de Artistas Aficionados de la FEU.

Entre las numerosas responsabilidades que ha asumido Maykel Iglesias se encuentran la dirección, en junio de 2004, del estreno mundial de la Misa VII de Beatriz Corona para voces iguales y piano en la ciudad de Santa Clara, y el estreno mundial, en 2005, de las obras Balada del amor tardío, Cuando vayamos al mar y La niña está calladita, de la autoría de Roberto Valera y textos de Dulce María Loynaz.

Niñez y música

"Yo cantaba desde niño. Mi mamá desde pequeño siempre me cantó. Ella afina muy bien y mi abuela también —era una contralto, mi mamá es una mezzosoprano—, y mi mamá siempre me cantó todas esas canciones de nanas para dormir. Son recuerdos muy gratos. Con unos cinco años me llevaron a la iglesia de Buenviaje —yo nunca había visto una Navidad— y me encontré a una señora tocando una cosa que hoy ya sé que era un órgano. Había 4 o 5 niños, y esa señora era Freyda Anido tocando en un órgano un villancico. Me sentaron, y dicen las beatas que como a la quinta vez que estaban repitiendo aquello le dijeron «mira, el niñito canta», y me 'tiraron' para allí, y te cuento que ese villancico me lo aprendí ese día. Lo cierto es que lo interpreté acompañado por Freyda Anido —sin saber quien era—, sin saber que después de pasar muchos años iba a ser mi pianista, sin saber que me iba a graduar de canto con ella.

"Un día fui a una boda —más o menos 9 años— y me gustó mucho la marcha nupcial, nunca la había oído. Y me acerqué a Marta Wisy, una gran pianista y compositora, y yo empecé a tocar la primera parte de la marcha nupcial y ella me pregunta: «¿quién te enseñó eso?» y yo respondí que nadie —yo toqué solo con la mano derecha. Vino también una persona que me ayudó mucho, Luciano, que era subdirector del centro de superación y me dijo: «chico, ¿te gustaría que te enseñaran a tocar piano?». Y es que yo tocaba todo de oído, sin tener en cuenta la posición de los dedos; y ya con trece años tenía un coro de niños, un coro de adolescentes, un coro de jóvenes y un coro de viejitas.

"En esa época Irina Toledo, que hoy es directora de la Sinfónica, tocaba conmigo; y yo tocaba e Irina cantaba, o Irina tocaba y yo cantaba. Entonces Irina sí estudiaba en la escuela de arte, yo no. Yo empecé en la escuela de superación, mi primer maestro fue Rafael Balmaseda, uno de los grandes pianistas que ha dado esta región central, y cuando se fue a Islas Canarias —donde se encuentra hoy dirigiendo un conservatorio— siguió con mis clases de piano la maestra Rodeloida Estévez, quien al cabo de los años viene trabajando conmigo".

La iglesia católica

"Me formé en la iglesia católica. Los que me conocieron a mí de niño saben que llegar a la iglesia de Buenviaje y encontrarme a mí tocando el órgano era muy normal. Y llegar a la catedral y encontrarme también, desde niño. Es que yo salí de ahí, a mí nunca me llevaron a una escuela de arte. Cuando me llevaron ya no tenía edad, y la escuela de superación la empecé cuando estaba en la secundaria básica. Yo tocaba el piano porque quería. A mí me forzó ser organista el hecho de que la otra pianista, Carmen Rosa Perdomo, se marchó de allí, entonces quedó todo vacío. Y un 28 de octubre me senté al piano —me estaba muriendo de miedo—, empecé a tocar y levanté las manos del piano y dejé a toda aquella gente cantando a capella. Ya después ensayé mucho, y controlé los nervios —esta carrera me ha hecho ser mucho más suelto, porque yo era un muchacho muy tímido, muy introvertido. La iglesia ha sido para mí muy importante. Les debo toda mi formación a Monseñor Fernando Prego Casal (fue obispo de Santa Clara), quien fuera un padre adoptivo para mí, y a Monseñor Arturo González".

Me formé en la iglesia católica. Los que me conocieron a mí de niño saben que llegar a la iglesia de Buenviaje y encontrarme a mí tocando el órgano era muy normal. Y llegar a la catedral y encontrarme también —Maykel Iglesias

Pucho López

"Ese hombre para mí era la vida misma. A ese hombre le debo mucho. No tengo nunca con qué pagarle, porque —entre su jodedera, entre su tomadera— me enseñó a ser mucho más profesional. Y se lo debo a Marlén Rodríguez Anido, la hija de Freyda —ellos son como mi familia. Y entonces Pucho estaba casado con Marlén, y por ella es que lo conozco.

"Pucho el amigo, Pucho el cocinero —porque era uno de los cocineros más grandes del mundo—, Pucho el músico. Y él era conmigo de tal manera que una vez llegué a las 7 de la noche y le dije: «Pucho, necesito un background». Y me dijo: «¿Para cuándo es eso?» y le dije: «Para mañana a las 9 de la mañana», entonces respondió: «Pero, nene (él me decía nene), ¿qué es lo que te pasa a ti?. Mira, acuéstate aquí». Y me acosté, y a las 8 de la mañana, Pucho me tocó y me dijo: «Mira a ver si esto te gusta». Eran tres temas y los hizo sin dormir.

"Con la persona que más me he reído en la vida ha sido con él. Los cuentos de Pucho son lo más grande. Para mí Pucho no se ha ido. Él se reía de todo el mundo, porque él se reía de sí mismo. De la vida misma él se rió hasta su último momento. Yo lo respetaba mucho, porque era un ser —es para mí y será— de lo más grande que ha dado la música. Una persona que mientras estábamos riéndonos en una fiesta podía decirme: «Oye el bajo lo que está tocando. Ese sol sostenido menor yo no lo hubiera puesto ahí» y yo le decía: «Pucho, por favor que estamos en una fiesta». Una silla se movía y él te decía: «Eso es fa», y créele que era verdad. Tenía un oído excepcional. Pucho se sentaba y oía una grabación y te hacía la partitura sin haberla tocado nunca en el piano".

El Coro Provincial

"A los 19 años entré en el Coro Provincial. La maestra Yolanda, a quien tengo mucho que agradecerle, me aceptó allí. Para mí fue muy bueno, aunque primero me asustó mucho. Yo venía de hacer mis coritos como podía, y tuve que aprender canto. Y ese mismo año empezaron un movimiento con la maestra Alina Orraca, que estaba fundando las cantorías infantiles, y me sumé. Me hice una cantoría que llegó a cantar a cuatro voces, la cantoría Mi sol, y trabajé con directores mexicanos, una directora francesa, y dirigí también la Schola Cantorum Cantate Domino de Bélgica en su visita a Cuba. Y con la cantoría Mi sol también canté en la Plaza (Ernesto Che Guevara) en un acto del 26 de julio. Y lo hice sin abandonar mi trabajo en el Coro Provincial, en el que a los dos años la maestra Yolanda —quien me estaba dando clases de dirección coral— me propuso la subdirección. Y empecé a dirigir el Coro Provincial, siendo subdirector, por todos los municipios y provincias. Incluso me hice un coro dentro del Coro Provincial y le puse Ars Cantus.

"Y yo no lo hubiese querido, pero me tuve que ir del Coro Provincial. Me forzaron a irme. Porque no fue comprendida mi voluntad de querer que el movimiento coral avanzara, pues yo estaba haciendo un coro juvenil y no fue bien comprendido eso. Sin embargo, tuve ese coro juvenil y seguí siendo director gracias a Miguel Díaz-Canel, un amigo entrañable, que me dijo: «usted no se mueve de aquí». Y antes de Díaz-Canel me hice de una amiga grande que es Leyda Quesada. También tuve el placer de trabajar con la cantante Vionayka Martínez".

El coro Audinos

"Me voy del Coro Provincial en el 2002, y fundo lo que llamé Coro Juvenil de Santa Clara, después Coro de Cámara de Villa Clara, y dos años más tarde lo bauticé como Coro Audinos, que significa Óyenos. Yo fui muy feliz con Audinos. Hice las cosas que nadie se imaginaba. Llegué a trabajar con performances de Ernesto Alejo, quien es otro hermano que en el camino encontré. Y era una cosa muy bonita, pero la tuve que interrumpir porque un día llegó cierto funcionario y dijo que un coro era pararse unos con las manos al lado del otro, y que no podían moverse, no podían desplazarse, no podían bailar; y yo no pude hacer nunca más eso. Aún así, me gané con el coro Audinos la beca de Proyecto Nacional de la Asociación Hermanos Saíz.

"He sido director invitado del Orfeón Holguín, del coro Imago de Sancti Spíritus. Y hubo una etapa de mi vida que fui director del coro de Pinar del Río. A propósito, cuando llegué a esa provincia había 4 personas, a mi salida dejé 9 cantorías infantiles y un coro profesional. Y me fui de Pinar del Río por la incomprensión".

Incursión en el rock

"A mí me gusta mucho el rock. Metallica me gusta mucho. Y mi relación con Cry Out For viene de Humberto, que era alumno y cantor mío. Y todos los integrantes de Cry Out For fueron mis alumnos del coro.

"Humberto empezó en el coro mixto, después estuvo en el masculino, y cuando vino un Ciudad Metal me dijo: «A que no te atreves a hacer unos arreglos corales para Cry Out For». Y nos vestimos de monje en la presentación, y la gente asombrada.

"Tengo un proyecto ahora al que con mi voz le hice el coro. Es una grabación con un grupo de rock. No adelanto nada. Es de una alumna mía, Sanmy, y le puse todas las voces a dos o tres pistas de lo que va a ser el primer demo de su banda. En esa grabación estoy haciendo de bajo, barítono, tenor primo, tenor segundo y contralto".

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