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Lazara Ribadavia darlo todo al cantar

Lázara Ribadavia: Darlo todo al cantar

Por: Roberto Reyes (15 de enero de 2011)

Cuando escuché por primera vez a Lázara Ribadavia me quedé extasiado, durante varios minutos, mirando un punto fijo de la pared. Y es que sus canciones no solo me resultaron hermosas, sino sublimes. En un planeta que está saturado de piezas musicales «fabricadas» para vender —elaboradas con el cinismo de los mercaderes— la trovadora comete el pecado de ser sencilla y auténtica.

Lázara Ribadavia

Lázara Ribadavia, trovadora sencilla y auténtica. Foto: tomada de internet

Desde ese encuentro inicial con la obra de Lázara Ribadavia irremediablemente la situé entre mis favoritas. Con frecuencia no solo disfruto sus canciones, también las propongo a quienes escuchan los programas que dirijo en las estaciones de radio donde trabajo.

Nunca pude imaginar que —casi como un milagro— me iba a llegar la oportunidad de entrevistar a esta trovadora nacida en un solar de El Cerro, en La Habana, y ahora asentada en Madrid. Su bondad me ha dejado desarmado. Las respuestas a mis preguntas las he recibido del mismo modo que un niño recibe en sus manos la fruta que deseaba y que había visto colgada en la rama más alta de un árbol.

Durante tu niñez y juventud había en tu casa un ambiente musical muy singular. Los protagonistas eran tu padre, Jorge Ribadavia, y amigos de la familia como Osvaldo Pedroso El Chino. Háblame de esos tiempos.

Te faltó nombrar a mi madre, Lázara Ventosa, que debe andar dirigiendo algún coro de ángeles, tenía una voz maravillosa y una forma de decir la canción que parecía que le iba la vida en ello. Mi padre fue mi dios y mi mejor cómplice, un tipo de otro mundo y del futuro, el Chino era su amigo de la infancia, su compadre, su hermano de todo. También fue importante mi tía Barbarita, una hermana de religión de mi padre que aun presumo. ¿Qué te digo de esos tiempos?, son la esencia de mi contaminación con lo bohemio. Una tremenda suerte de habitar almas tan como ahora es la mía. Con apenas unos meses me dormía con La Gloria eres tú, Novia mía, Noche de ronda, pero para nada sonaban a intentos de nanas trasnochadas, eran puros boleros sonados con guitarras y voces enamoradas que se mandaban los mensajes mas descarados en un mano a mano de nostalgias y deseos. Todo un privilegio, ¿No te parece?.

¿Cuándo asumiste con seriedad que deseabas ser cantante?

Aún no lo he asumido, y los que están muy cerca de mi saben que digo la verdad y nada más que la verdad. A ver cómo te lo explico, comencé a cantar porque con todo lo que te he contado antes, puedes imaginar que no me quedaba otro remedio que salir cantando de todo aquello.

Sinceramente, no he tenido que desearlo, ha sido consecuencia de aquella magia. Siempre canté, de niña me aprendía toda las canciones que escuchaba, y siempre había que hacer un aparte en las fiestas familiares para que la niña cantara, en la escuela no había efemérides que no me sorprendiera con la guitarra en el matutino, en los festivales de pionero, de la FEEM y la FEU, no me perdía una.

Mi padre me regaló la primera guitarra a los 3 años, luego otra a los 5 y a los trece me hizo una preciosa, claro que las dos primeras terminaron deshechas en el cajón de los juguetes, y al mismo tiempo me dio por sanar las cosas del corazón haciendo canciones, así que seguí cantando para aliviarme. Nunca he tenido que desearlo, siempre ha sido parte de mí.

¿Qué viene a tu mente cuando escuchas el nombre de Leopoldina Núñez?

La Maestra, solo me dio clases 6 meses, pero reconozco que en mi música hay un antes y un después de Leopoldina Nuñez. Me enseñó muchísimo en muy poco tiempo. La busqué porque no lograba tocar en la guitarra todo lo que se me desbordaba musicalmente y caer ese poquito en sus manos fue el alivio definitivo.

Durante 4 años, a principios de los 90', en el cine Mara, mantuviste La Peña del Azar, ¿Qué recuerdos atesoras de esos encuentros?

Lindísimos recuerdos y mejores amigos, fue una experiencia realmente hermosa. Se lo agradeceré siempre al poeta Noel Méndez Machín. Yo estaba en una descarga en casa de una amiga y el tocó a la puerta porque me estaba escuchando y me ofreció hacer la peña, así nos conocimos, y así mantuvimos aquel sueño en un momento realmente difícil, fueron los años mas duros de la crisis de los 90, eufemísticamente llamada, período especial. Aquel espacio alivió muchas almas y unió definitivamente a otras. El Azar se convirtió en una especie de pulmón cultural en la capital. En un momento donde todo se detuvo, aquello funcionaba de maravilla con la batería del carro de Noel, porque algunos viernes tocaba apagón en Santo Suárez, y las ganas de todos de defendernos un espacio para los quejidos. Creamos una burbuja donde a pesar de los malos tiempos el suspiro fue posible. Entrabas al Azar y ya nada dolía, había mucho amor y muchas ganas de compartir ese amor. Era una especie de Bar Esperanza con excelentes voces compartiendo el delirio.

En tu discografía se destacan los fonogramas Canción de tarde y Razones, que grabaste en el Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau. ¿Qué opinas acerca de la labor que esa institución habanera está realizando con la trova?

Soy una incondicional de esta gente y todo lo que te diga puede sonar a que les hago la pelota, y es exactamente así. Me parecen los salvadores de la continuidad. Han creado un espacio que la trova pedía con urgencia y han mantenido una labor responsable sin exclusiones ni intolerancias, y eso los hace imprescindible en el panorama de la trova actual.

Las piezas de muchos de tus amigos trovadores son cáusticas, cuestionadoras, irreverentes. Sin embargo, tus canciones, por lo general, son intimistas y tiernas. ¿Acaso es cautela o es otra manera de mostrar tu rebeldía?

Hay temas que siempre he tratado lejos de la canción, debe ser que las melodías que me brotan son demasiado tiernas para aplicar a temas tan desapacibles.

Tus canciones me parecen pequeñas bombas de tiempo que hacen añicos porciones de nuestro espíritu. ¿Cómo logras concentrar tanta energía en piezas que apenas duran poco más de dos minutos?

Es resultado de una deficiencia, no sé componer por oficio, necesito que algo me parta el alma para que me salga la canción, por eso soy breve, lo digo y ya, me sano, me devuelvo, lo doy todo.

Si ahora mismo esas hermosas canciones que has compuesto desaparecieran de tu memoria, ¿qué piezas ajenas hicieras tuyas para regalarlas a todos los que te escuchen?

Mi iPod de 8 giga lleno de toda la música que me estremece. Soy una inagotable consumidora de música de todas partes, me seduce Ana Carolina, me desarma Jason Mraz, me encanta Cassandra Wilson, me remueve Elena Burke, me emocionan Tom y Vinicius, me contagia Cesaria Evora, me sorprende Zenet, me rompe Ireno García, en fin, sería interminable la lista de mis debilidades.

¿Sueñas con estar fichada por una poderosa casa discográfica que te abra las puertas de la llamada «industria del entretenimiento» o prefieres las presentaciones en los «circuitos alternativos de la música»?

Soy demasiado intimista para soñar con grandes plazas, claro que prefiero los sitios alternativos de la música, esos donde rozas al público y no se te escapa ninguna mirada. Sueño con un bar en el puerto de mi Habana donde todos mis amigos terminen la noche y sea posible descargarle a la madrugada.

Vives en Madrid desde 2003, ¿Cómo te llevas con esa criatura traviesa que algunos llaman «nostalgia» y que los cubanos nombramos «gorrión»?

Me llevo de maravilla, no hay día que no se asome. Tengo a mi familia conmigo y eso sin dudas ayuda a sobrellevar las carencias de lo que siempre considero esencial, pero soy muy de mis amigos y de mi cueva, y no hay fecha importante que pueda pasar sin la ilusión de los míos en mi Habana querida.

Quiero que, a manera de agradecimiento, te llegue como un boomerang el estribillo de tu canción Razones: "Qué grande es tu corazón, / qué buena suerte la mía, / quién me pagó con tu amor, / como me alivias la vida". Muchas gracias por tu arte, por tu presencia en la música cubana auténtica, y por ser un ser humano tan hermoso.

Gracias eternas a ti.

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Lázara Ribadavia - Variado:

  1. Canción de tarde
  2. Los bichos
  3. Sálvame
  4. Travesía
  5. Con poquita fé (junto a Ireno García)
  6. Sueños raros (junto a Samuel Aguila)
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