Amigos de la herejia y un libro de trovadores
Amigos de la herejía y un libro de trovadores
Por: Roberto Reyes (9 de junio de 2012)
Me acaban de hacer un regalo mayúsculo. Y mis amigos saben que cuando me expreso así no me refiero a que el presente sea caro o vistoso, sino que, simplemente, «es un buen alimento para el espíritu». Sospecho que semejante actitud —en estos tiempos— debe de ser comparada con la locura, pero ya me he acostumbrado a andar de este modo por la vida.
Portada del libro Trovadores de la herejía.
Pero vayamos al grano: mis amigos Lilianne Egue y Alexis Boentes me han regalado el libro Trovadores de la herejía, acerca de Frank Delgado, Carlos Varela, Gerardo Alfonso y Santiago Feliú. No sé si me oyeron decir que lo estaba buscando, o si alguien les comentó que no había podido comprarlo, o si el olfato les dijo que ese volumen era un obsequio ideal para mí. Lo cierto es que cuando me lo entregaron no supe cómo agradecerles tamaño gesto.
Y aquí me encuentro: intentando susurrarles que estoy contento y complacido, y que —como dirían mis abuelos— «parezco un niño con un juguete nuevo». Ya he leído dos de las entrevistas, he tarareado algunas de las canciones, he descubierto piezas desconocidas, y hasta he encontrado que ciertas palabras se me habían escapado al escuchar las grabaciones.
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El «convite» continúa. Sigo leyendo las páginas que corresponden y, a veces, hojeo el libro para conocer qué me espera más adelante. Pero, aún sin llegar al final, ya sé que Fidel Díaz y Bladimir Zamora han logrado un volumen de excelente calidad, tanto en la forma como en el contenido.
A Lili y Alex un consejo: no lo vuelvan a hacer; tengan en cuenta que no siempre son exitosas las operaciones de corazón a las personas que han rebasado el medio siglo de vida.