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Homosexualidad femenina en las canciones

Homosexualidad femenina en las canciones

Por: Roberto Reyes (17 de mayo de 2013)

En la música alternativa cubana el tema de las relaciones homosexuales femeninas se aborda de modo franco y sin prejuicios. Cualquier otro asunto puede recibir rechazo o desaprobación en las canciones, sin embargo, la atracción sexual entre dos mujeres suele ser tratada con respeto.

Krudas Cubensi

El dúo Krudas Cubensi denuncia la violencia contra la mujer, la homofobia, el racismo, los prejuicios.
Foto: www.facebook.com

El viento puede envejecer,
el sol nacer,
la tierra detener.
Se puede oír un alfiler caer
y a Dios toser.

Cuando una mujer besa a otra mujer,
tanta belleza, delicadeza,
se nos confunde con naturaleza
de mujer a mujer,
de mujer a mujer.

Un ángel puede aparecer,
puede llover, y hasta podría habanecer.
El cielo se puede romper
y el mar arder.

Pero cuando una mujer besa a otra mujer,
tanta belleza, delicadeza,
se nos confunde con naturaleza
de mujer a mujer,
de mujer a mujer.

En el imaginario de los seres humanos, algunos hechos —la aparición de un ángel, el nacimiento del sol, la presencia de la lluvia, los sonidos de Dios— han sido rodeados de una atmósfera mística.

A esa relación de sucesos que encierran misterio Carlos Varela incorpora el beso que le da una mujer a otra.

De suerte que Delicadeza, más que una canción, es un gesto de reverencia hacia las mujeres que se sienten atraídas por las personas de su mismo sexo.

El lado jocoso del asunto, sin que se pierda un ápice de respeto, lo aporta Roly Berrío en la pieza Cuando una mujer deja a un hombre:

Cuando una mujer deja a un hombre
empieza a llover
porque hasta San Pedro
se apiada de él

Pero cuando una mujer deja a un hombre
por otra mujer
olvídense de los santos
no hay nada que hacer

Yo no sé lo que tienen las mujeres
que hasta ellas mismas se quieren
(...)

Siempre que Roly Berrío interpreta Cuando una mujer deja a un hombre el auditorio sonríe. Y es que el trovador, con intención picaresca, desliza la idea de que los amores lésbicos son intensos. Sin duda, es humor sano, exento de ofensa o burla.

Otros cantores también han «aderezado» con elementos humorísticos el tema de la atracción sexual entre dos mujeres. Es el caso del compositor y guitarrista Ciro Díaz.

(...)
Marlén y Tatiana
son dos niñas sanas
nunca se te tiran en una parada
pues andan elegantes hasta la mañana

No importa qué hago con esa alegría
llego a la casa y me acuesto en la cama
cojo dos almohadas
las meto entre las piernas
y sigo pensando
en Marlén y Tatiana

Marlén y Tatiana
son dos niñas sanas
nunca se te tiran
en una parada
pues andan elegantes
hasta la mañana
y toman pastillas
para no salir embarazadas
Marlén y Tatiana son dos niñas sanas
Marlén y Tatiana son dos niñas sanas
Marlén y Tatiana son dos niñas sanas

Ciro Díaz convirtió en canción la historia de Marlén y Tatiana, quienes mantenían una relación lésbica y frecuentaban los conciertos de rock.

Es significativo que un compositor como Ciro, quien suele disparar su humor corrosivo contra todo y todos —incluso contra él mismo—, no agrede a las chicas, ni las convierte en víctimas de su causticidad. Simplemente bromea con su comportamiento; y uno llega a intuir que les demuestra respeto.

Pero no es la tendencia humorística, ni mucho menos, la que predomina en las canciones que abordan las relaciones lésbicas. Existen piezas que asumen el hecho de modo serio y profundo.

Hay alguien en la esquina que espera por su amor,
y no es cualquier amor.
Es la misma manera de tocarse dentro:
iguales manos, igual ausencia;
la misma intensidad para el dolor.

Hay alguien en la esquina que bien podría ser yo
buscando en el espejo de alguien su reflejo,
el mismo desespero del silencio,
la misma incertidumbre
de amar la semejanza de su yo.

Y hay alguien parado en su sombra
queriendo soltar lo que siente su ser,
metido entre rejas, ahogado en el miedo.
Y yo voy le digo que suelte su vuelo,
que no importa dónde se pone el amor.

Y yo voy le digo que siempre hay remedio
cuando se camina desde el corazón.
Y yo voy le digo no siempre en lo opuesto
se encuentra razón.

En Semejanzas la trovadora Niuska Miniet invita a la autoliberación. Su verbo está dirigido a quien vive «metido entre rejas, ahogado en el miedo», y sin rodeos le sugiere «soltar su vuelo», porque «no siempre en lo opuesto se encuentra razón».

La sugerencia de la cantautora pudiera asumirse como el primer paso para reconocer la condición homosexual. El siguiente sería borrar los sentimientos de culpa o inferioridad para que el placer brote tal como lo describe Yusa en la pieza Haiku de paz:

Quiero que a mi libertad
No haya una razón que la distraiga
Sólo puedo soportar
Tus senos apuntando a mi espalda.

La canción es breve y contundente. No hay nada que explicar, porque todo está dicho. Yusa es auténtica e intensa en la música y en el amor.

Lo mismo pudiera decirse de las Krudas —Odayma Cuesta Pasita y Olivia Prendes Pelusa—, dos raperas cubanas que se han insertado en los circuitos culturales de la izquierda estadounidense y que todos los años ofrecen conciertos en La Habana.

Las raperas se definen como mujeres negras y lesbianas, que pretenden reivindicar sus derechos y desarrollar una cultura de emancipación.

En el repertorio de Krudas Cubensi —como se nombra la agrupación— hay piezas que denuncian el machismo, la violencia contra la mujer, la homofobia, el racismo, los prejuicios. Pero también hay temas que aparentan ser de puro erotismo y diversión:

¡Wow! ¿por qué será que te estoy mirando?
¿Por qué será que te estoy besando?
¿Por qué será que te estoy tocando?
¿Por qué será?
Mueve tus caderas, tú sabes que puedes,
déjala que lo intente, déjala que se acerque
Esto es Kruda eh, tocando en el Salón del Baile.
Afrolatina, representando a las mujeronas cubanas,
Toma las cosas con calma, siente la delicia
Ábrete y relájate, la vida es dura.
Mueve tus caderas, tú sabes que puedes,
déjala que lo intente, déjala que se acerque.

Bueno, perdóname por no ser una sirena
que hechiza y seduce y luego envenena.
Soy pelota, ballena, tortuga, tan en onda,
amarilla, marrón, natural
abundante en el océano
En la arena comiéndome la cena
llena de setas, mi estilo te oxigena
mientras rompo las cadenas
edúcate, chica.
No le temo a los problemas
porque nada puede detenerme.
(...)

¿Qué puede ser esto? aparenta ser solo una pieza ligera, juguetona y con elementos eróticos. Pero entre sus versos se deslizan incitaciones a no reprimir los sentimientos —"siente la delicia / Ábrete y relájate"— y a descubrir una belleza diferente —"Soy pelota, ballena, tortuga, tan en onda, / amarilla, marrón, natural"—. No hay inocencia en el rap de Krudas Cubensi.

En resumen, son variopintos los senderos por los que se mueven las canciones que abordan la homosexualidad femenina. Sin embargo, a pesar de la variedad, muchas obras muestran un denominador común: desafían tabúes, injusticias y temores para anticiparse a su propio tiempo.

 
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