Cumpleanos de Sara Gonzalez
Cumpleaños de Sara González
Por: Roberto Reyes (17 de julio de 2013)
Casi en el centro del mes de julio se celebra el cumpleaños de Sara González. Y en esta ocasión, después de leer algunos de los textos en los que sus amigos y seguidores la recuerdan, me vino a la mente una deliciosa anécdota publicada en el libro Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC. Mito y Realidad, de Jaime Sarusky, en la que la trovadora cuenta:
Sara González: compositora, cantante y guitarrista cubana. Fundadora del Movimiento de la Nueva Trova.
Foto: Lázara Ribadavia
"...recuerdo la maldad que le hice a Silvio. Estaba cantando El Rey de las flores, y yo me puse a fastidiarlo. Cuando decía: «Tiene batallones de abejas chiquitas / Y arañas, babosas y aves bonitas» yo me ponía al lado de él y le agregaba: «… y cucarachitas». Y me decía: «Sal de aquí. Un día se me va a mí y entonces sí que…». Mira, muchacho, y parece que se le quedó grabado porque repitió: «y cucarachitas…»."
Dicen que Silvio terminó de cantar e inmediatamente salió disparado buscando a Sara.
A propósito, el 1ro. de febrero de este año el autor de Ojalá publicó en su blog Segunda Cita un texto titulado Homenajito personal, dedicado a Sara González, en el que declara:
"...ella me pidió Querer tener riendas y yo se la regalé, la verdad que con agrado, porque se la había aprendido, y muy bien, desde el instante mismo en que me la escuchó. Después me complació tanto su versión que consideré que no valía la pena que yo la siguiera cantando, al punto que olvidé hasta cómo se tocaba en la guitarra.
(...)
Otra pregunta que me hice, fue por qué a la Gorda le había gustado tanto esta canción que implora dominio de las bestias que Eros conduce con imprudencia «por el precipicio de la noche». Y no pude menos que recordar que, por los mismos tiempos en que me la pidió «prestada», ella andaba dolida por el fracaso de una relación y me había advertido: «Flaco, yo voy a amar a quien me ame…»
Fuera por lo que fuera, Sara sigue siendo la mejor intérprete que haya tenido nunca esta canción...".
— Homenajito personal | Silvio Rodríguez
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Los textos que he leído por estos días no considero que sean homenajes a Sara González. Tampoco remembranzas. Más bien se me antoja que son saludos y parabienes escritos con la esperanza de que lleguen a la trovadora, después de atravesar la barrera que nos separa de la dimensión en la que ahora habita.
De otro modo no serían tan intensos —tan viscerales— los «mensajes» que le «envían», como el que escribió la trovadora Lázara Ribadavia:
"Mi amiga Sara llegó en el verano de un año común, trajo un halo diferente, una suerte de luz cautivadora y esquiva, que anegaba el corazón de sus elegidos. Sembró ilusiones en su voz y defendió su verso con la fuerza de una estirpe que sabía de conquistas. Se comprometió todo lo que pudo y más porque su pasión no sabía de matices. Su ingenioso humor se cebaba con sus ocurrencias de niña irreverente. Amante de los dulces, la pelota y el dominó, soltaba invencible su repertorio de reproches a quienes se resistían a compartir sus aficiones. La solidaridad debió llamarse Sara en algún siglo, una vez que entrabas en su vida, era definitivo el poderío de su amparo. Siempre me gustó ver como miraba a su amor de tantos años, enamorada, descubierta, intensa. Hoy es inmensidad en pleno centro de su mar, presencia en la eternidad de un canto que no deja de evocarla. Mi amiga Sara es una mujer para toda la vida".