Promocionar esa es la cuestion

Por: Roberto Reyes (23 de marzo de 2011)

José Martí afirmó en cierta ocasión que «en pintura, como en todo, el que no anuncia no vende. Y el que anuncia, vende». Es una evidente declaración a favor de la importancia que tiene la promoción de una obra, no solo de artes plásticas, sino también de danza, música o cualquier otra manifestación artística.

Y llama poderosamente la atención que, en este siglo, la aseveración martiana recorre el mundo convertida en la regla de oro de todas las artes. Los resultados están por doquier: tanto obras mediocres como excelsas llegan a ser aclamadas por millones de personas en el planeta, gracias a los sofisticados resortes que se han desarrollado en el campo de la promoción.

En ese sentido el universo de la música alternativa cubana puede mostrar un puñado de ejemplos afortunados. Es el caso de William Vivanco, quien alcanzó «popularidad» gracias a un video-clip de exquisita factura. La obra audiovisual hizo que el trovador santiaguero fuera aceptado por capas sociales que no suelen mostrar interés por la música de vanguardia.

Otro tanto ocurrió con la banda Hipnosis, que cruzó la frontera de los amantes del rock para situarse entre las agrupaciones favoritas —o al menos conocidas— de los seguidores de la salsa, el pop, la timba. El impacto se debió al empaque visual que muestra el video-clip de la pieza The chosen one.

Del mismo modo, llama la atención que muchos de los jóvenes cubanos que cada día consumen, como incurables adictos, elevadas dosis de reguetón, bachatas y baladas intrascendentes, en estos momentos están mostrando cierto interés por la propuesta de Adrián Berazaín. Es evidente que desconocen la obra anterior del trovador, pero han sido cautivados por su reciente video-clip, en el que —acompañado de Diana Fuentes— interpreta la canción El club de los corazones rotos.

Son muestras de una promoción efectiva, en la que se conjugan una obra audiovisual artísticamente seductora y una sistemática transmisión a través de los medios de comunicación. Se cumple así el precepto martiano de que «el que anuncia, vende». Pero dos o tres ejemplos positivos no pueden ocultar los oscuros entresijos de este fenómeno.

La inmensa mayoría de las obras de vanguardia, aun teniendo una factura impecable, son desplazadas en la radio y la televisión cubanas por los productos nacionales que imitan el glamour de los artistas «fabricados» por los centros de poder mediático del planeta. Excelentes videos-clip de bandas de rock, trovadores, jazzistas, instrumentistas y otros creadores musicales son, con frecuencia, groseramente ignorados. Igualmente acontece con los álbumes y los demos de estos artistas.

Para mitigar esta situación surgió, hace 2 años y medio, Trastienda musical. Su existencia es ya conocida por muchos creadores, que nos envían grabaciones, nos invitan a sus conciertos para reseñarlos y hasta responden gustosos las entrevistas. Incluso a Trastienda musical le han surgido amigos entrañables en naciones como Venezuela y Argentina. Por eso tenemos una deuda de gratitud con los que visitan el sitio. Para todos nuestro eterno agradecimiento. Promocionar la música alternativa cubana es nuestra razón de ser.

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Adrián Berazaín - El club de los corazones rotos:

1. Adrián Berazaín (junto a Diana Fuentes)- El club de los corazones rotos (en vivo)