Como reflejan las canciones el bloqueo interno en Cuba
Cómo reflejan las canciones el bloqueo interno en Cuba
Por: Roberto Reyes (29 de julio de 2014)
Las medidas impopulares que se han aplicado en Cuba en los últimos años les dan la razón a los cubanos que afirman que el bloqueo interno es tan o más devastador que el que impone Estados Unidos a la nación caribeña desde hace más de medio siglo.
X Alfonso habla del «bloqueo interno» en la pieza De corazón. Foto: Tomada de internet
Se trata de disposiciones que a veces rozan el absurdo —los precios de los autos a la venta en instituciones estatales—, en ocasiones generan irritación hasta en los niños —el cierre de los cines 3D en todo el país— o se convierten en la comidilla de obreros, cooperantes, ancianos, amas de casa —las nuevas normas que establece la Aduana para la importación de productos al país.
Cuba padece un absurdo bloqueo interno que al mismo tiempo que asfixia provoca estupefacción. Y, como el arte se nutre de la realidad, el fenómeno emerge en un puñado de documentales, obras de teatro, danzas, filmes, y, por supuesto, canciones.
(...)
Aferrados a una identidad
a un bloqueo interno
que no deja ver
que esta vida se nos va
en respuestas que no están
en promesas que dirán
en la soledad
en la soledad.
(...)
X Alfonso, en este fragmento de la pieza De corazón, denuncia lo que él llama «bloqueo interno». Sin embargo, otros prefieren calificarlo de «bloqueo mental» o de «autobloqueo». Pero sea cual sea el apelativo que se emplee, lo que está en su esencia son las medidas —generadas por instancias del propio país— que dificultan, mutilan o prohiben la realización de sueños largamente amasados por los cubanos.
Sin duda, el autobloqueo ha terminado convirtiendo a casi todos los que lo padecen en seres humanos incrédulos, resignados, indiferentes. Cuando no rebeldes e irascibles.
(...)
En las puertas de Fin de Siglo
la gente se empezó a olvidar,
la gente comenzó a escapar,
la gente se empezó a apagar,
como si fueran almas,
como si fueran cruces,
como si fueran nada,
como si fueran luces,
de una ciudad apagada,
rodeada de mar,
de una ciudad apagada
como el mar.
Así termina De espaldas a La Época, de Carlos Varela. La pieza es un recorrido desolador por el espíritu maltrecho de una ciudad y sus habitantes víctimas de bloqueos internos de todo tipo.
Y es oportuno recordar que no es preciso que una canción, o cualquier otra obra artística, aluda a un asunto de manera explícita para decir que aborda el tema. Con frecuencia describir sus efectos suele ser más contundente.
(...)
Yo voy a hacer mi paladar, mejor que el Tocororo.
Pa'que tú puedas comer chatinos y arroz moro.
Mejor que el Tocororo.
Chatinos y arroz moro.
Fue así, de esa manera empezó la batalla campal
del Estado cubano y la Cadena Paladar.
Argumentando la ley, la salud, la paz y la decencia
no podían soportar tan cruda competencia.
Persiguieron la moamba, requisaron los insumos
y multaron los indicios de sociedad de consumo.
Y una noche, en una de ellas, cuando mejor se comía,
llegó el Jefe de Sector como con treinta policías.
Y se acabó mi paladar mejor que el Tocororo.
Pa'que tú puedas comer chatinos y arroz moro.
Mejor que el Tocororo.
Chatinos y arroz moro.
Todos los temores y prejuicios que describe Frank Delgado en la canción Cadena Paladar aún existen. Porque si bien en ocasiones parece que han desaparecido, los artífices del bloqueo interno se valen de su poder para, cada cierto tiempo, traerlos de vuelta con saña.
Esta vez el humor sirvió de puente para denunciar las absurdas disposiciones que nos asfixian, pero no siempre ocurre así. Basta prestar atención a las composiciones de los raperos para darse cuenta de que disparan con armas de grueso calibre.
(...)
Construir el desarrollo
—me metiera a fondo en eso—,
no es construir un gobierno
ajeno al progreso.
To'el mundo está incluido,
tú te apuntas si quieres.
No se obliga a nadie
a apoyar lo que no cree.
Seamos realistas
soñemos con lo imposible.
Es posible que lo imposible
esté lo más cerca posible.
Subamos el calibre
en la construcción de una nación,
sobre la base de las diferencias
y el pensamiento libre.
Si yo fuera presidente,
lo nacional primero.
¿Cómo puede tener más derecho
que un cubano un extranjero?
Quiero que mi gente
viva este país que es suyo,
y el hecho de ser cubano
sea motivo de orgullo.
(...)
En la pieza Si yo fuera presidente Tito Corona no habla de qué haría para defender el país de agresiones externas ni de actos subversivos made in USA. El rapero prefiere concentrarse en las acciones concretas que realizaría para ofrecer total apertura a las iniciativas de los cubanos, barrer dogmas, eliminar imposiciones y crear una nación auténticamente inclusiva.
La propuesta parece fácil y hasta elemental. Pero el autobloqueo corroe la nación y de una manera absurda cierra puertas, levanta muros, limita contactos. Por suerte, al menos para hacer catarsis, tenemos las canciones.
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Hoy la calle quiere comenzar
con el aire de este sueño nuevo
Mentes que se quieren liberar
al precio de arriesgar sus propios sueños
Libertad para empezar
desandando este silencio
Es buen momento para probar
la fe que se ha ocultado tanto tiempo
Trata de que no se te olvide
lo que la calle está pidiendo
Pregunta que no puedes contestar
¡¡¡Puto Cero!!!
(...)
La banda Chlover se aparta de la catarsis y pasa al ataque con su irreverente 0, pieza que deja entrever que existen sueños proscritos por los que muchos estamos dispuestos a librar batalla.
Las medidas impopulares de los últimos tiempos no debieran conducirnos ni a la indiferencia ni al desaliento. Porque tenemos derecho a vivir sin molestas camisas de fuerza, sin prohibiciones absurdas, sin los caprichos de un autobloqueo. Porque tenemos derecho a unirnos al reclamo que hace Santiago Feliú en la pieza Planeta Cuba:
(...)
Abajo los bloqueos de la mente
ya merecemos más
que aguantar,
que soñar,
que sobre cumplir.
No hay tiempo.
(...)