Canciones y emigracion
Canciones y emigración
Por: Roberto Reyes (6 de agosto de 2011)
"La criatura de isla trasciende siempre al mar que la rodea
y al que no la rodea.
Va al mar,
viene del mar
y mares pequeñitos se amansan en su pecho,
duermen a su calor como palomas."Dulce María Loynaz
En algunas zonas del planeta la migración ha alcanzado la categoría de tragedia, a pesar de ser un fenómeno tan antiguo como la historia de la humanidad. En Cuba —por múltiples razones— tiene rasgos singulares y el simple acto de mencionarla puede provocar un indescriptible sentimiento de desazón. De ahí que con frecuencia se convierte en la médula de muchas canciones.
Pongamos por caso dos piezas del trovador santaclareño Raúl Marchena. En la que se nombra El suicida se manifiesta la permanente huella que deja la nación en el espíritu de quienes la abandonan. Incluso el cantor tiene la osadía de afirmar que todos los cubanos nos movemos en una especie de campo minado que puede convertirnos, en cualquier momento, en el próximo emigrado:
...
No te sales de la isla
sin que te pese detrás
como un órgano que asfixia
o te deja respirar...
...Todos somos el suicida
a punto de no volver
del salto, de la deriva.
Todos, todos somos él.
Los extremos de la cuerda
(quien se fue, quien se quedó)
pagan con igual condena
la misma separación.
...
Raúl Marchena también aborda el tema de la emigración en la pieza Soñando contigo, pero esta vez prefiere incitar a la acción. El trovador intuye que cualquier reclamo romántico para permanecer en la tierra natal es una acción estéril. De ahí que elige otros derroteros. Y aunque ciertamente invita a quedarse, no sugiere una actitud pasiva:
Va a ser más dura,
va a ser más larga
esta carrera y habrá que ganarla.
Va a ser más cruel,
va a ser más pálida
la cara del mundo si no sangras por cambiarla.
Pero no te vayas a morir al frío,
no te vayas a morir cruzando el mar;
muérete aquí, soñando conmigo,
gritando lo que no gritaron los demás.
Va a ser incierta,
la suerte va a ser ingrata
porque en la guerra muere quien mata.
Va a ser más cruel,
más sanguinaria
la mano que alcance la sangre en tu garganta.
Pero aun así no te mueras en el frío,
no te vayas a morir cruzando el mar;
muérete aquí, soñando conmigo,
gritando lo que no gritaron los demás.
Muérete aquí, gritando conmigo,
lo que no gritó el cansancio de los demás.
...
Otro trovador que ha dedicado varias de sus canciones al tema de la emigración es Carlos Varela. Su modo de asumir el asunto suele reflejar amargura y hasta cierto regodeo en elementos sórdidos:
Contenido relacionado:
...
Los muchachos hablan de desilusión
y en silencio van al mar y se largan,
como los peces,
y en la cara de una madre hay una lágrima rodando,
lágrimas negras.
...
Este fragmento de Como los peces es un flash amargo de nuestra realidad. El emigrante se nos muestra desvalido, casi desprovisto de esperanzas. Y éste no es un hecho aislado en las canciones de Carlos Varela. Si seguimos hurgando en sus textos nos damos cuenta de que suele asumir el tema migratorio con esta atmósfera desalentadora, cargada de frustración. La historia de Lucas y Lucía es elocuente:
...
Y también del Norte se escaparon
y con su aeroplano se largaron.
Entre la tormenta y el cielo nublado
llegaron a tierras de los olvidados.
Y buscaban y buscaban
nada más, un sitio donde
al menos poder respirar.
Y buscaban y buscaban
una vez más, un sitio donde
al menos poder olvidar.
Lucas y Lucía se fueron sin rumbo
a buscar un sitio en este mundo.
Dicen que aún dan vueltas en el cielo
buscando la tierra de su anhelo.
Yo no sé donde están
yo no sé si vendrán algún día
pero cada vez más
hay más Lucas
y Lucías.
...
Al menos Lucas y Lucía continúan «buscando la tierra de su anhelo». Otros emigrados no han tenido tanta fortuna y han muerto en el intento. Así lo refleja la banda pinareña Médula en la pieza Éxodo. Es un canto a quienes han sido víctimas de sueños «diseñados» para cautivar los sentidos:
Deslumbrados por un sueño
que quizás nunca podrá ser.
Impulsados por promesas y palabras
que a cualquiera pueden convencer.
Se lanzaron a un destino incierto
después de pensar en su situación.
Y en medio del camino al paraíso
la muerte los sorprendió.
No encontraron su quimera
fue la vida el precio a pagar.
Pasto de peces, eso fueron todos.
Éxodo, éxodo…
Lanzados a un destino incierto
Quizás en un tono menos trágico está la canción Separados por el agua del cantautor Adrián Morales. Esta vez el discurso se centra en los pensamientos que tiene un «balsero» en medio del océano. Lo acosan los temores, los recuerdos, la sed, las alucinaciones y el sol:
Al salir de La Habana
tuve miedo dejarla y pensé
Ojalá yo te vuelva a ver
No soy marino y me tiro al agua
No soy un pez pero nado bien
Me hice un barco y con él me largo
cortando las olas hago heridas en el mar
Medio borracho miro al agua, me recuerda
tus ojos que quedaron en la playa
Todo el azul que me acompaña
son tus pupilas son tus lágrimas
Voy desapareciendo en el horizonte
estoy en el centro del cielo y el mar
Divididos por el agua
Separados por el agua
limitados por el agua
y después de todo ¡siempre el agua!
Todo el azul que me acompaña
son tus pupilas son tus lágrimas
Cuando tuve sed, sentí que me mirabas,
que me acariciabas, que estabas allí
Con tanto sol perdí la cáscara,
pude sentir la presencia de Dios
De cualquier modo tú me mirabas
y así va el hombre si se salva
el hombre que vino cortando el agua
Todo el azul que me acompaña
son tus pupilas son tus lágrimas
En Separados por el agua el cantautor Adrián Morales nos hace percibir la zozobra espiritual y física que vive un «balsero» en el mar. No sabemos el final, mas no importa. Solo interesa la angustia del navegante. Pero si deseamos aventurarnos más allá, valdría la pena acercarnos a la pieza A través del agua, de la banda Paisaje con Río. Entonces nos damos cuenta de que el éxito llega, a veces, cargado de un profundo sabor agridulce:
Iban los tres navegando en la oscuridad…
Ella soñaba con su restaurant…
él con su ruleta y su Jaguar…
y el pequeño aquel soñaba
que iba bien a través del agua…
Ella ahora tiene un buen empleo…
él, en las afueras, rueda un Van
y el pequeño aquel
quién sabe qué fue de él a través del agua.
La familia alcanza los resultados anhelados, pero la muerte del niño ensombrece la vida. Como para demostrar que los procesos migratorios siempre tienen un precio. A veces demasiado elevado. Y lo cierto es que el fenómeno existe, que ignorarlo no lo hace invisible, y que aceptarlo es el primer paso para borrar, definitivamente, sus lados oscuros.
Ojalá que algún día la emigración pierda ese indescriptible sentimiento de desazón que nos provoca a los cubanos. Y si de algún modo la música puede ayudar a eliminar recelos, prohibiciones y sufrimientos, hagamos que se escuche en todo el archipiélago, como un himno, la canción En todas partes:
La amistad es una semilla
que brota en cualquier lugar,
y cuando sientas frío
cúbrete con las ramas de mi destino.
Donde te lleven los pasos
te encontrarás mi te quiero y mi abrazo
hay amor en todas partes
y en cada rincón del mundo
y todos buscando un sueño
cambiamos así de rumbo.
Si profunda es la distancia
profunda es la lejanía
en un alma peregrina
no existe ciudadanía.
La bandera es un dilema, la patria y la geografía
donde quiera que me encuentre
yo siento que es tierra mía
tuya y mía
Yo quiero ser tu abrigo
si te hace falta el consuelo mío,
yo quiero ser tu nido
si necesitas cariño mío,
no quiero ser tu olvido
si en todas partes estoy contigo
yo quiero ser tu abrigo.
En Madrid y en Nueva York
La Habana está en todas partes
porque la llevas contigo
sin miedo a desarraigarte.
Yo sé que existen fronteras
en todos los continentes
un solo sol y una luna te cuidan y alumbran siempre.
Quisiera ser la mañana y entonar la melodía
ésa que me hace crecer cada día.
Caminos que me separan
y te obligan a escondidas
a ser cautivo de idiomas e ideologías.
No seas cautivo de idiomas e ideologías
Aquí mismito yo estoy contigo.