Trastienda musical cinco anos con un nombre revelador

Trastienda musical: cinco años con un nombre revelador

Por: Roberto Reyes (13 de octubre de 2013)

"Y hay que acudir corriendo
pues se cae el porvenir"Silvio Rodríguez

Trastienda musical cumple cinco años este octubre. En circunstancias como esta se suele hacer un recuento de los últimos 12 meses o del tiempo transcurrido desde la creación. Sin embargo, esta vez no seguiremos la costumbre, sino que nos adentraremos en una clave que está oculta en el nombre del sitio.

Trastienda musical cumple cinco años este octubre.

Durante este lustro hemos convenido en que el apelativo «trastienda musical» sugiere una habitación casi olvidada en la que se intercambian criterios sobre la música alternativa cubana, se conoce cómo piensan los artistas, se reseñan conciertos, se dan a conocer curiosidades, se ofrecen grabaciones.

Y al aceptar la existencia de una «trastienda» —recordemos el yin y el yang— al mismo tiempo estamos admitiendo que existe una «pieza principal» que es su contrario. De modo que si en ese cuarto trasero se encuentra la música de mejor factura, resulta obvio que en la habitación delantera están las obras efímeras y ampulosas, el arte de feria.

Toda esta reflexión nos conduce hasta la clave oculta a la que aludí en el primer párrafo: el nombre del sitio puede interpretarse como una metáfora del estado en que se encuentra la música en la nación cubana, en la que las obras y los creadores musicales más valiosos están siendo relegados a la «trastienda».

Es un fenómeno que no deja de ser polémico, porque cada individuo lo describe según sus intereses, educación, vivencias y cultura. De ahí que al mismo tiempo que se escuchan voces alarmadas, se oyen otras atemperadas y hasta algunas que declaran que el problema no existe.

Trastienda musical es de las voces que se alarman. Porque una nación que ignora, rechaza o minimiza a entidades artísticas de la talla de Lucía Huergo, Yusa, Bebo Valdés, Santiago Feliú, Elmer Ferrer, Obsesión, Anima Mundi, Roly Berrío, y tantas otras, corre el peligro de enfermar su espíritu. O lo que es lo mismo, corre el peligro de comulgar con la discriminación, la violencia, la mediocridad, la enajenación, la banalidad...

Sin duda, traer a colación un tema tan escabroso justo cuando el sitio cumple cinco años de creado es una extraña manera de celebrar. Pero no hay de qué asombrarse: Trastienda musical es tan imprevisible y rebelde como la música que defiende. Y hay asuntos que no pueden posponerse.