Qva Libre y Zeus en las antipodas
Qva Libre y Zeus, en las antípodas
Por: Roberto Reyes (6 de agosto de 2013)
"Hay un grupo que dice
que lo haga reír,
dice que mi canción
no es así, juvenil"Silvio Rodríguez
Durante el primer lustro de este siglo la banda Qva Libre llamaba la atención de los expertos por su singular modo de apropiarse de elementos del rock, el funk, la salsa, el rap y los ritmos cubanos para crear una obra que se situaba en la vanguardia musical del mayor archipiélago caribeño.
Zeus y Qva Libre asumen la creación artística desde posiciones radicalmente opuestas. Fotos: Internet
Sin embargo, en este momento la agrupación no es ni sombra de lo que fue. Qva Libre se ha convertido, en la segunda década del siglo XXI, en el paradigma cubano de la entrega descarnada al mercado de la música.
El estribillo de una de sus piezas más populares reitera: "Brinquen, bailen, gocen, que el mundo se acaba en el 2012". Y como el mundo no se acabó, la banda continuó en este 2013 con su propuesta frívola, gozosa, superficial, banal.
Se podrá argumentar que no es la única banda que se mueve por esos derroteros; y es cierto. Se podrá afirmar que tiene derecho a existir; y también es cierto. Pero cuando una entidad artística, en aras de ganar popularidad —es decir, dinero—, le vuelve la espalda a quienes ponderaban sus cualidades y la respetaban debe esperar, cuando menos, reacciones de frustración de parte de sus antiguos seguidores.
Las actitudes camaleónicas siempre disgustan, sobre todo cuando se asumen para ganar dividendos. Mas, a la larga, los resultados serán efímeros, y veremos cómo los mismos jóvenes que han situado a Qva Libre en la cima de la popularidad la sustituyen por otra agrupación más «moderna». Son las leyes del mercado.
No obstante, a la falta de coherencia de algunos se oponen la perseverancia y el rigor de otros. Un ejemplo emblemático es la banda Zeus.
Medio siglo celebra este año la tropa que lidera Dionisio Arce. Sin embargo, el paso del tiempo no ha hecho que su música pierda la esencia de la que mostró en abril de 1988. Porque Zeus continúa defendiendo el metal, y varias generaciones de cubanos la consideran un paradigma de resistencia.
Los autores de piezas como Violento metrobús, El renacer de los muertos y Libérame no han recorrido «un camino de rosas». Más bien se toparon, desde el inicio, con un camino árido, pedregoso, escarpado y con emboscadas. Pero las dificultades los curtieron.
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En 1992, con apenas 4 años, la banda llamó la atención del sello estadounidense Luaka Bob, que al grabar un álbum recopilatorio de música cubana incluyó a Zeus junto a agrupaciones del calibre de Irakere y Van Van. Por si fuera poco, el tema Diablo al infierno, del piquete roquero, le dio nombre al fonograma.
Desde entonces ha llovido mucho, y también ha habido prolongadas sequías. Sin embargo, Zeus ha alcanzado su medio siglo incólume y fiel a sus raíces, hasta el punto de que la prensa especializada, nacional y extranjera, la considera una banda clásica en el universo roquero cubano.
Qva Libre y Zeus asumen la creación artística desde posiciones radicalmente opuestas. Mientras una evidencia un deseo irreprimible por impresionar con su música —y se vale de cualquier ardid para lograrlo—, la otra se aferra a lo más genuino de un género que destila insumisión y energía. El tiempo dirá la última palabra.