Desde su sobrevida Santiago Feliu interpreta Metamorfosis
Desde su sobrevida Santiago Feliú interpreta «Metamorfosis»
Por: Roberto Reyes (26 de septiembre de 2014)
A Marianela Machado, por recordarme la canción
Existen canciones que tienen la contundencia de un mazazo. Solo así puede describirse la impresión que provoca escuchar piezas como Metamorfosis, de Santiago Feliú.
Santiago Feliú, trovador cubano. Foto: Tomada de internet
Aunque la composición oficialmente tiene más de un cuarto de siglo, porque se publicó en 1988 en el álbum Para mañana, la historia que narra ha desafiado el tiempo. Oscuros personajes como el que describe el cantor siguen haciendo de las suyas.
La mayoría de los cubanos pudiera nombrar cinco, diez y hasta una docena de individuos como el que presenta el trovador en la canción. Y todos podrían integrar un grupúsculo —nunca mejor utilizado este vocablo— de seres cuya perversidad y cinismo son antológicos.
En los últimos segundos de la pieza se funden una interrogante y un lamento que resuenan en cada rincón del archipiélago cubano.
Solo una advertencia: si cantas la pieza debes hacerlo «a media voz», porque —como dijo el propio Santiago Feliú en otra canción— «no vaya a ser que algún cretino diga que uno es contrarrevolucionario».
Santiago Feliú - «Metamorfosis»
Cómo puede ser
que cambie tanto un hombre de parecer,
que de repente el delirio se le murió,
que de prejuicios y esquemas se intoxicó.
Tanto que se mató
y ahora todo lo andado se le olvidó.
Luchando contra el constante "no puede ser",
y ahora las mismas trabas las pone él.
Miserias que le imprime el monumento que le hacen,
muralla en la retina mutilando el sentimiento,
y las buenas locuras las asesina un buen puesto.
Llegó lleno de ilusión,
pero lo atrapó la mierda y se acostumbró.
Un carro, una secretaria y un gran bureau
pusieron un candado cerrado en su imaginación.
Manchas del corazón
que siembra el oportunismo y la corrupción.
Cuando de indolencia un alma se contamina
se le envenenan las ganas y la visión.
Y adónde fue a parar aquel Quijote comunista,
qué grande fue el molino donde se quebró su lanza,
o qué alucinación le ha trastornado la esperanza.
¡Ay de la generación
que pagará los desastres de este ciclón!
¿Cuánto lloverá en mi patio para que el Sol
degüelle y convierta en fósil esta canción?
Miserias que le imprime el monumento que le hacen,
muralla en la retina mutilando el sentimiento,
y las buenas locuras las asesina un buen puesto.
¡Ay de la generación
que pagará los desastres de este ciclón!
¿Cuánto lloverá en mi patio para que el Sol
degüelle y convierta en fósil esta canción?
¡Ay de mi generación!