Cuerda Viva en deuda con la coherencia
Cuerda Viva, en deuda con la coherencia
Por: Roberto Reyes (17 de diciembre de 2012)
Cuerda Viva tiene diez años de existencia. Durante este periodo, un gran número de las entidades artísticas que han sido invitadas al espacio televisivo se decantan hacia alguna vertiente musical de vanguardia. Razón suficiente para que, en cada emisión, los televidentes esperen propuestas novedosas o, al menos, alejadas de la banalidad imperante.
Cuerda Viva, espacio de la televisión cubana.
Sin embargo, durante esta década ha habido ocasiones en las que se han presentado cantantes o agrupaciones que nada tienen que ver con la exploración de nuevos caminos en la música, y sí con el coqueteo con las reglas homogeneizadoras que impone el mercado.
Digámoslo sin rodeos. A veces se han presentado en Cuerda Viva artistas con piezas musicales que poseen melodías convencionales y textos que rayan en la tontería y la superficialidad.
Y aunque el espacio no había declarado abiertamente su apuesta a favor de la música menos favorecida por los medios, el televidente se sentía traicionado cuando en un programa se ensalzaba a un rapero, en el siguiente a un trovador y, sin embargo, una semana más tarde se le ofrecían loas a una vocalista defensora del pop más insulso.
No obstante, de un tiempo a esta parte los conductores reiteran al televidente que el espacio es "Tu impulso alternativo". Y por si aún quedaran dudas con el eslogan, se dicen frases en las que se enfatiza que "el objetivo es promocionar la música alternativa".
Ya no hay ambigüedad. Se está hablando claro. De modo explícito Cuerda Viva declara estar a favor de las "nueces" y no del "ruido". Porque, a no dudarlo, lo que se mostraba era una especie de juego dudoso y poco claro que provocaba molestias y hasta rechazo.
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Por supuesto que no vivimos en otro planeta. Conocemos, como bien dice Silvio Rodríguez en una canción, que "el que siga buen camino tendrá sillas peligrosas que lo inviten a parar". Pero recordemos también que en esa misma pieza el cantor concluye diciendo que "siempre vale la agonía de la prisa, aunque se llene de sillas la verdad".
En resumen, lo que deseamos los televidentes es que Cuerda Viva sea coherente. Y que lo sea con valentía y sin concesiones, a pesar de que en estos tiempos intentarlo puede conducirnos a padecer carencias de todo tipo, o puede llevarnos, en caso extremo, a la vejación.