Raul Torres otra mirada a la emigracion con La Tormento
Raúl Torres, otra mirada a la emigración con «La Tormento»
Por: Roberto Reyes (14 de julio de 2014)
Para Liudmi y Naty
Hay canciones que debieran publicarse con una pequeña advertencia a quien vaya a escucharlas. Bastarían unos 5 segundos, antes de que se oigan los primeros acordes, para decir, por ejemplo, «cuidado, esta obra puede provocar conmoción».
Fotograma del videoclip La Tormento, obra del trovador Raúl Torres.
Quizás parezca una propuesta tonta o cercana a la locura, pero hay composiciones que perturban violentamente el ánimo. Aunque es cierto que el impacto depende de muchos factores, entre ellos las vivencias de quien las escucha.
La anterior sugerencia es en realidad una suerte de acto exorcista que utilizo para conjurar la impresión que me provocó la pieza La Tormento, de Raúl Torres, que descubrí hace poco más de una semana.
Encontré la canción junto a muchas otras conocidas que guarda un amigo en sus archivos musicales. La copié en un dispositivo de memoria aún sin oírla, y horas más tarde cuando la escuché tuve que respirar profundo.
La pieza aborda el tema de la emigración. Mas no se regodea, como suele suceder, en el supuesto lado oscuro del fenómeno o en sus presuntas bondades, sino que recrea una atmósfera.
Porque La Tormento es una composición «fabricada» a golpe de nostalgia, sosobra, temores, añoranza, desilusión, desgarramiento. Sobre todo esto último: desgarramiento.
Cuando ya me disponía a subir a algún sitio web la grabación de La Tormento, para ilustrar de la mejor manera posible todo cuanto he escrito en esta página, encontré de modo fortuito el videoclip creado para promocionar la canción. Y, curiosamente, su director es el propio Raúl Torres.
La propuesta audiovisual complementa de manera magistral la pieza. Entre otras razones, porque la casa y la familia que observamos en el video son tan humildes, tan desvalidas y tan dolorosamente cubanas que a ratos nos recuerdan las de un amigo, las de un vecino, las nuestras.
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El clip es una mezcla de sinceridad, sencillez y moderación. No hay lágrimas, pero todo el tiempo ronda una «llovizna» que amenaza con asfixiar a los personajes y termina por desestabilizar al espectador.
Me resulta poco menos que imposible calificar La Tormento —canción y videoclip. No puedo ser imparcial. Hay vivencias que abruman. Y, como diría el trovador Levis Aliaga, «recordar parece un aguacero».